Atravesar una ruptura, sufrir la traición de una amistad, que te despidan del trabajo… en la vida, el dolor emocional está presente y, de una manera u otra, a todos nos ha atravesado varias veces. Todos hemos tenido experiencias dolorosas que nos han removido y dañado. Seguro que alguna vez al pensar en ellas te has preguntado: ¿lo he superado? ¿es normal que siga dándole vueltas o que siga alterándome por esto?, ¿se llega a superar algún día algo que me ha dolido mucho? En el artículo de hoy voy a profundizar en estas preguntas.

El objetivo no es superar, sino elaborar.
Utilizar la palabra «superar» para referirnos al dolor emocional es confuso. «Superarlo» implica romper con ello, dejarlo atrás o «pasar página»; mientras que «Elaborarlo» implica integrarlo e incorporarlo en tu historia; aunque duela. Lo emocional no se supera; sino que se procesa, y se elabora para integrarlo. Por eso, es importante hablar de «elaborar», en vez de «superar», lo que sucedió.
Elaborarlo no quiere decir que deje de doler; quiere decir que puedes sentir y pensar en lo que sucedió con mayor serenidad.
Elaborar algo doloroso no quiere decir que ya no te duela o que te dé igual
Al elaborar emocionalmente un suceso doloroso se alcanza mayor serenidad; aunque seguramente el recuerdo siga doliendo porque las emociones principales vinculadas al suceso no desaparecen. Es decir, si te sucedió algo triste, lo esperable es que lo recuerdes con dolor. Si lo elaboras emocionalmente sentirás mayor serenidad, pero no cambiará la emoción de tristeza por la de alegría o por un «me da igual» (que sería un bloqueo emocional).
Si hablo mucho de ello… ¿es que «no lo he superado»?
No necesariamente. Para elaborar una vivencia dolorosa o traumática es necesario pensarla, hablarla y soñarla; sólo así podrá procesarse de forma diferente a como se registró cuando sucedió.
Sin embargo; hay situaciones en las que nos quedamos atascados dándole vueltas una y otra vez, pero sin conseguir elaborarlas: «no paro de darle vueltas y cada vez estoy más enganchada en vez de menos».
El espacio de terapia es muy útil para acompañar y sostener el procesamiento emocional. La terapia ayuda a que este «darle vueltas», tenga un sentido y te acompaña a procesar e incorporar.

Para elaborar emocionalmente un suceso es importante que puedas…
- Repensarlo y volver a sentirlo con calma, en un momento diferente al que sucedió.
- Poner palabras a la parte emocional: cuando contamos algo, solemos detallar los hechos: lo que pasó, lo que me dijeron… y omitimos la parte emocional: ¿Cómo me sentí en ese momento?, ¿Qué me dolió?, ¿Qué habría necesitado que sucediese?.
- Autocomprensión y autocompasión: a veces nos quedamos enganchados a una situación dolorosa porque no nos gusta cómo reaccionamos en ese momento («¿cómo puede decir eso?», «tendría que haber…»). Para poder elaborar la situación es importante poder entender que hiciste lo que pudiste, con los recursos que tenías en ese momento.